Contenido
No hay una manera de eliminar la rabia en los niños, pero diferentes técnicas pueden ayudar a controlar esa sensación. Algunos padres son sorprendidos por el comportamiento furioso de sus hijos. Ellos creen que jamás tratar a sus padres de la forma en que son tratados.
Los niños bravos tienen problemas que pueden ser tratados con las técnicas correctas (Darrin Klimek / Photodisc / Getty Images)
Paz interior
De acuerdo con el sitio estadounidense "Ask Dr. Sears", si usted está conectado a su hijo, se irritará con menos frecuencia. Un niño conectada a sus padres tiene algo llamado "modelo pacífico", lo que le permite enfadarse, pero de una forma que ese sentimiento no domine su personalidad. Si usted está involucrado con su hijo, probablemente lo conoce mucho mejor que padres que no están. Como resultado, tienes menos tendencia a hacer cosas que provoquen al niño.
Alentando la rabia
Incentivar a su hijo a trabajar sus sentimientos de rabia, conversando con él, es otra técnica para tratarlo, de acuerdo con el "Ask Dr. Sears". Usted necesita ser un oyente atento que motiva al niño a hacer frente al problema. Si usted la oye con disposición y demuestra empatía, en lugar de juicios, usted crea una situación en la que su hijo puede incluso desahogarse sobre sus frustraciones. Cuando usted lo oye, muestre que entiende la situación, mientras expone su punto de vista.
Mire con más profundidad
Si su hijo suele enfadarse, resista la tentación de verlo como un niño malo; en lugar de eso, se centra en lo que causa esta reacción, de acuerdo con el sitio Ask Dr. Sears. Generalmente, existen dos razones más profundas que contribuyen a este problema. Primero, puede ser que los propios padres estén siempre enojados - lo que lleva al hijo a incorporar tal sentimiento. Aún, puede ser que el niño se quede muy enojado porque piensa que su bienestar está siendo amenazado.
Demuestre su rabia de manera apropiada
Mostrar su irritación de manera adecuada, delante de los hijos, es importante. Esto es porque mantener la cabeza fría es preferible a explotar en rabia cuando el niño hace algo inquietante. Si usted se pone de cabeza caliente y se descontrola, la situación empeorará. La explosión no resuelve un problema que su hijo haya causado; eso sólo hace que se sienten peores y no soluciona la cuestión.